El síndrome de May-Thurner (SMTR) está relacionado con el desarrollo de varices y la formación de trombosis venosa en la pierna izquierda.

¿Qué es el Síndrome de May Thurner?

El Síndrome de May Thurner se define como una compresión de la vena ilíaca izquierda (VII) por cruce con la arteria ilíaca derecha. La VII queda comprimida entre la arteria ilíaca derecha y la columna vertebral, situación que aumenta la presión venosa y dificulta el drenaje de la pierna izquierda.

Las venas y las arterias se entrecruzan, en ocasiones, dando lugar a fenómenos compresivos. Se cree que el Síndrome de May Thuner es, además, uno de los principales responsables de que 6 de cada 7 casos de trombosis venosa profunda se den en la pierna izquierda.

Se desconoce con exactitud el origen de esta compresión pero es muy frecuente que se dé en personas delgadas, fundamentalmente mujeres. Una de las funciones que cumple la grasa en el organismo es la de amortiguar unas estructuras anatómicas con otras; las personas delgadas, al tener menor cantidad de grasa retroperitoneal son más propensas a sufrir el SMTR.

¿Qué síntomas produce?

La compresión de la VII produce un aumento de la presión venosa que dificulta el drenaje de la sangre y termina por generar varices en zonas inferiores como son la pelvis y las piernas, especialmente en la izquierda. Es decir, en algunos pacientes la presencia de varices pélvicas y/o en los miembros inferiores puede ser secundaria a una compresión de la vena ilíaca izquierda. Puede generar también trombosis venosa en la pierna izquierda, edema crónico, hiperpigmentación maleolar (oscurecimiento de la piel en la zona de los tobillos) y dolor lumbar.

¿Qué estudios son necesarios para diagnosticar la enfermedad?

En primer lugar, se solicitan estudios no invasivos al laboratorio de exploraciones vasculares, cuya herramienta más importante es el Eco-Doppler Color, empleada tanto en el diagnóstico como en el seguimiento del SMTR. Consiste en la realización de un estudio ecográfico no invasivo que muestra la estructura, movimiento y función de los vasos sanguíneos en tiempo real.

En nuestro laboratorio, estos estudios los realiza un radiólogo que cuenta con una amplísima experiencia en el diagnóstico vascular no invasivo del sector abdoómino-pélvico, lo que nos permite realizar estudios de altísima calidad sin la más mínima agresión sobre el paciente.

En ocasiones para completar el diagnóstico, es preciso realizar otro estudio mínimamente invasivo denominado flebografía ascendente, que consiste en pinchar en una vena del pie para inyectar un medio de contraste que se distribuye por el interior de las venas y llega hasta la vena ilíaca, permitiendo obtener imágenes y realizar así una valoración más precisa del síndrome compresivo. En caso de que la compresión ilíaca sea significativa y/o haya desarrollado varices pélvicas, es posible que sea necesario otro estudio radiológico llamada iliocavografía, que nos aporta el diagnóstico definitivo.

Consiste en introducir un catéter a través de una vena de la flexura del codo con el cual se navega bajo control de rayos hasta la pelvis. Una vez canalizadas las venas a estudiar se inyecta un contraste que las rellena permitiendo obtener imágenes e incluso medir gradientes de presión aportando una información muy valiosa sobre el síndrome compresivo y su repercusión sobre el resto de vasos.

Si las varices pélvicas tienen indicación terapéutica es posible realizar el tratamiento en el mismo acto.