Síndrome de May-Thurner

¿Qué es el Síndrome de May-Thurner?

El Síndrome de May-Thurner se define como una compresión de la vena ilíaca común izquierda (VICI) a su paso entre la arteria ilíaca común derecha y la columna lumbo-sacra.

Como consecuencia de esta compresión se produce una disminución del flujo venoso y un aumento de la presión que dificulta el drenaje de la pierna izquierda, favoreciendo así el desarrollo de varices y trombosis venosa en la pierna, que frecuentemente afecta al sector ilio-femoral y se relaciona con un mayor riesgo de embolia pulmonar.

Secundariamente esta compresión también puede desencadenar el desarrollo de varices pélvicas derivativas, especialmente en mujeres que han tenido embarazos previos.

May-Thurner

¿Cuáles son las causas?

Se desconoce con exactitud el origen de esta compresión, pero afecta frecuentemente a personas delgadas, fundamentalmente a mujeres.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más comunes asociados a este síndrome compresivo son:

Hinchazón de la pierna izquierda (edema).

Pesadez o dolor de bajo vientre (asociado a varices pélvicas). 

Dolor y pesadez en el miembro inferior izquierdo predominantemente al final de día o al estar de pie por largos periodos de tiempo.  

En algunos casos puede producir trombosis venosa profunda. 

Dolor lumbar de predominio izquierdo. 

Varices en la pierna izquierda. 

¿Como se diagnostica?

En primer lugar, realizamos estudios no invasivos mediante Eco-Doppler Color, un examen ecográfico totalmente inocuo que nos permite valorar en tiempo real la anatomía de las venas y las diferentes estructuras que las rodean al mismo tiempo que nos proporciona información sobre las características del flujo en el interior de los vasos.

Otros métodos diagnósticos empleados frecuentemente en el estudio de esta patología son la Angio-RMN y el Angio-TAC con reconstrucciones en 3D.

En ocasiones para completar el diagnóstico, es necesario realizar otro estudio mínimamente invasivo denominado flebografía ascendente, que consiste en introducir un medio de contraste a través de una vena del dorso del pie para obtener imágenes radiológicas que nos aportan una información morfológica más precisa del síndrome compresivo.

El diagnóstico definitivo se establece mediante iliocavografía o flebografía pélvica, considerado como el método «gold standard» para el estudio de esta patología. A través de una vena de la flexura del codo se introduce un catéter que navega hasta las venas de la pelvis, se administra un medio de contraste que permite opacificar y obtener imágenes selectivas del sector ilio-cavo en 3D al mismo tiempo que nos permite medir el gradiente de presión entre los diferentes sectores a estudiar (en este caso la vena iliaca común izquierda y la vena cava inferior), un parámetro que será de gran utilidad para valorar la necesidad de tratar o no el síndrome compresivo.

Recientemente se han desarrollado nuevos métodos diagnósticos como el ultrasonido intravascular o IVUS, un dispositivo en forma de catéter que contiene una sonda de ecografía en la punta y nos permite visualizar con detalle el interior o luz de la vena y así tener mayor información de cara al tratamiento futuro.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento irá destinado a descomprimir la vena iliaca y en algunos casos también será necesario ocluir previamente las varices pélvicas secundarias al síndrome compresivo (ver tratamiento de síndrome de congestión pélvica). Para tratar la compresión se emplea un stent que se implanta en la zona estrecha de la vena y la dilata, facilitando el retorno venoso de la pierna izquierda.

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