1. Lavar y secar bien la extremidad afectada. No olvidar, aplicar crema hidratante.
2. Evitar acercar la extremidad a fuentes de calor (estufas, chimenea, fuego, etc.). No utilizar agua muy caliente o exponerse al sol directamente.
3. Evitar lesionar la piel:
– Uso de guantes si utilizan lejía/amoniaco.
– Evitar el rascado de la piel.
– Cuidado al cortar las uñas.
– Uso de repelentes de insectos para prevenir picaduras.
4. Mantener una buena alimentación baja en grasas y sal. Tomar proteínas de fácil digestión, sin excederse.
5. Realizar ejercicio físico regularmente. Consultar con un experto en caso de dudas para buscar orientación.
6. Las sesiones de drenaje linfático manual son fundamentales en el tratamiento.
7. Uso diario de media de compresión a medida y bajo prescripción médica.
8. En los casos de presentar aumento de temperatura, escozor, enrojecimiento de la piel se debe acudir a una unidad especializada para prevenir, diagnosticar y tratar infecciones cutáneas de manera oportuna.