Llevar la media o el soporte compresivo indicado todos los días y para cualquier actividad que el paciente deberá colocarse antes de levantarse de la cama y mantener hasta la noche, retirándolo para dormir como norma general.

Lavado diario de la extremidad con agua y jabón neutro tipo “lagarto” o jabón de coco natural. Secar posteriormente la piel, haciéndolo con minuciosidad en los espacios que quedan entre los dedos (2 veces al día).

Hidratación diaria de la piel con agua de rosas + glicerina al 50% o aceite de rosa mosqueta más leche de almendras al 50% (2 veces al día).

Linfología: el estudio del sistema linfático y sus trastornos

Mantener una dieta sana, baja en proteínas, baja en sal y un peso saludable. En algunos pacientes será necesario hacer dieta específica. La obesidad y el sobrepeso pueden complicar mucho la enfermedad. Es también recomendable beber al menos 2 litros de agua diarios.

Caminar a diario y realizar los ejercicios indicados. La piscina es un ejercicio también recomendable, pero manteniendo siempre una correcta higiene e hidratación de la piel tras el baño.

No utilizar ropa ajustada y tener especial cuidado con los elásticos de la ropa interior pues la compresión excesiva dificulta la progresión de la linfa. Adaptar la vestimenta al grosor de la región afectada.

En pacientes con linfedema de miembros inferiores (MMII) se aconseja dormir con elevación de las piernas, empleando para ello tacos debajo de las patas delanteras de la cama, no almohadas. Siempre que permanezca sentado, mantener las piernas en alto. En caso de afectación de brazo, es recomendable mantenerlo elevado con almohadas durante la noche.

Evitar permanecer en posturas estáticas durante periodos prolongados de tiempo, sobre todo estar de pie quieto o sentado con las piernas para abajo.

Usar un calzado adecuado (3-4 cms. de elevación del talón es lo más recomendable). Si el edema engloba a los pies aconsejamos utilizar un calzado especial.

En caso de afectación de brazo, nunca tomar la tensión ni poner inyecciones en la extremidad afectada, proteger las manos con guantes cuando se vaya a realizar con ellas actividades cotidianas, evitar el uso de sortijas, pulseras y no cargar pesos con la extremidad afectada.

Prevenir cortes, heridas, picaduras de insectos, quemaduras, golpes o lesiones traumatológicas. Cualquier lesión cutánea puede suponer puerta de entrada para posibles microorganismos patógenos.

Proteger el miembro del calor y de las radiaciones solares y evitar la depilación con cuchilla o con ceras calientes

erisipela
Las complicaciones más frecuentes del linfedema son las infecciones de la piel o erisipelas.

Ante la mínima sospecha de infección o erisipela, acudir urgentemente a su médico para recibir tratamiento antibiótico lo antes posible. Las complicaciones más frecuentes del linfedema son las infecciones de la piel o erisipelas producidas por bacterias estreptococos, que suelen manifestarse con enrojecimiento de la piel, aumento de la temperatura local, piel brillante y aumento del edema. Suelen ir acompañados de fiebre, cansancio y malestar general. Por ello, si usted sospecha que tiene una erisipela, deberá acudir urgentemente a consulta.