Las varices son vasos incapaces de conducir la sangre hacia el corazón, incumpliendo su función de drenaje, siendo necesaria su eliminación para evitar complicaciones (trombosis, úlcera varicosa, etc.)

El momento más adecuado para la intervención quirúrgica es la fase C2 o varices propiamente dichas y sin presencia de complicaciones. Así se expone en la “clasificación CEAP”. En este caso se realizarán los estudios diagnósticos oportunos. Estos nos aportarán la información sobre qué ejes venosos superficiales (venas safenas) están originando las varices y sobre los cuales debemos actuar.

La vena safena

safena-cuerpo
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La vena safena larga o interna es la principal responsable del desarrollo de varices en los miembros inferiores (MMII). Se origina en la cara interna del tobillo y se extiende hasta la ingle, recorriendo la cara interna de muslo y pierna. A nivel de la ingle, se comunica con la vena femoral común, que se encuentra en un plano profundo. Esta unión se conoce como cayado safeno-femoral.

La safena corta o externa completa el sistema safeno de los miembros inferiores (MMII). Se extiende desde el maleolo externo del tobillo hasta el hueco poplíteo (detrás de la rodilla). Allí se conecta con la vena poplítea, que discurre a nivel profundo, recorriendo toda la cara posterior de la pantorrilla. La conexión de la vena safena externa con la poplítea se conoce como cayado safeno-poplíteo.

Tratamiento de los ejes safenos enfermos

Los ejes safenos enfermos deben ser anulados, ya sea por extirpación de los mismos (técnica conocida como “stripping”, “safenectomía” o “técnica convencional”), o por técnicas endovasculares más actualizadas conocidas como técnicas ablativas.

Estas técnicas utilizan distintos tipos de energía conducida mediante catéteres o fibras especiales que se introducen en el interior de la safena a través de pequeñas punciones a nivel del tobillo o de la rodilla, sin necesidad de dar cortes. Cuando se activa la fibra, ésta libera calor dentro de la luz venosa (endovascular) dañando la capa interna (endotelio). De esta manera se produce una oclusión total de la safena. Con el paso del tiempo, el organismo reabsorbe por completo la vena.

Tratamiento de las varices en los miembros inferiores
Tratamiento de las varices en los miembros inferiores

Dentro de las técnicas ablativas se cuenta con el láser endovenoso, la radiofrecuencia (venous closure), y por último el vapor de agua.

Estas técnicas de escasa agresividad permiten emplear anestesias muy suaves como la sedación y disminuyen de manera importante el riesgo de tener complicaciones así como la presencia de dolor postoperatorio, infección y hematomas. Permiten al paciente recuperar sus actividades cotidianas en un periodo mucho más corto que con la técnica convencional, lo que también se traduce en menor baja laboral.

En nuestras manos, el porcentaje de tener alguna de estas complicaciones descritas es menor del 1% y con tasas de efectividad (cierre definitivo de la vena tratada) cercanas al 99%.

En nuestra unidad realizamos un promedio de 600 procedimientos al año, con los resultados ya descritos. El tiempo medio transcurrido hasta que los pacientes regresan a su vida normal con estas técnicas mínimamente invasivas es de cinco días.

Tratamiento de las venas colaterales

Las venas colaterales, a menudo las únicas que se observan a simple vista, pueden ser tratadas de dos maneras:

Microincisiones estéticas: con técnica de Müller, que consiste en la extirpación de las varices en la misma cirugía con una fina aguja en forma de gancho.

La otra opción es tratarlas en un segundo tiempo (días después de la cirugía y de forma totalmente ambulatoria) en nuestro área de estética, mediante esclerosis de las mismas con el resolutivo sistema de “microfoam” (microespuma. Se trata de una técnica 100% estética (cero incisiones y cero cicatrices) y con los excelentes resultados de la técnica convencional que permite regresar a la vida normal al día o máximo dos días siguientes después de la intervención.

Estudio preoperatorio y postoperatorio

Una vez diagnosticada la enfermedad e indicada la cirugía se realiza un estudio preoperatorio consistente en una analítica completa de sangre, placa de tórax y valoración cardiológica.

Tras pasar por quirófano, el paciente permanece una noche en el hospital siendo dado de alta el día después de la intervención como norma general.

En el postoperatorio inmediato la extremidad permanece comprimida con una media alta especial tallada previamente en ortopedia que mantendrá hasta la retirada de puntos o primera revisión post-operatoria.

El régimen de vida que debe seguir durante los primeros 2-3 días es de reposo relativo evitando estar de pie y posteriormente comenzar a caminar para recuperar progresivamente la movilidad.

La Insuficiencia Venosa Crónica es una enfermedad que no tiene cura. Su tratamiento ya sea quirúrgico, endovascular o médico tiene como objetivo controlar la enfermedad y prevenir las complicaciones que puedan derivar de ella.