A pesar del consenso logrado con respecto a la clasificación de la insuficiencia venosa de los miembros inferiores, son muchos los casos en los que las teorías clásicas no han sido capaces de explicar todos los hallazgos clínicos. Esto ha obligado a redefinir algunos conceptos y plantear nuevos enfoques en los que la patología venosa pélvica también desempeña un papel destacado dentro de la insuficiencia venosa.

Entendemos que el sistema venoso pélvico y de los miembros inferiores forman una unidad funcional difícil de separar anatómica y fisiológicamente debido a la gran complejidad de su mapa anatómico, a la diversidad de comunicaciones que se establecen entre ambos sistemas y a los múltiples factores (genéticos, ambientales, etc) que pueden estar implicados.

Síntomas de la patología venosa pélvica

Por tanto, deben ser considerados los síntomas clásicos de la insuficiencia venosa (dilataciones venosas, pesadez, hinchazón, pigmentación de la piel, úlceras).

Asimismo, debemos incluir también aquellos que se manifiestan en la insuficiencia venosa pélvica en lo que se conoce como el síndrome de congestión pélvica (SCP). Se caracteriza por dolor pélvico crónico sin causa ginecológica conocida, que aumenta con posturas estáticas (fundamentalmente de pie) y que generalmente suele estar relacionado con mujeres que han tenido varios embarazos.

Suele acompañarse de pesadez en el bajo vientre, dolor en las relaciones sexuales, menstruaciones dolorosas y aumento de la frecuencia urinaria. Es muy común que además de estos síntomas, también aparezcan varices vulvares y/o en los miembros inferiores. Se da también en hombres (varicocele testicular), aunque es más frecuente en mujeres.

Otras causas de hipertensión venosa en la pelvis: los síndromes compresivos

Otra posible causa de hipertensión venosa en la pelvis son los síndromes compresivos congénitos: May Thurner y Nutcracker (“cascanueces”) que se desarrollan cuando las venas quedan comprimidas entre dos arterias o entre una arteria y una superficie dura como la columna vertebral.

Síndrome de May-Thurner
Síndrome de May-Thurner

El síndrome de May Thurner

El síndrome de May Thurner es una compresión de la vena ilíaca izquierda (VII) entre la arteria iliaca derecha y la columna lumbar, situación que aumenta la presión venosa y dificulta el drenaje de la pierna izquierda.

Se cree que este síndrome es el principal responsable de que la mayor parte de los casos de trombosis venosa profunda se desarrollen en la pierna izquierda. Se desconoce con exactitud el origen de esta compresión, pero es muy frecuente que se dé en personas delgadas, fundamentalmente mujeres.

Síndrome de Nutcracker
Síndrome de Nutcracker

El síndrome de Nutcracker

Por otro lado, el síndrome de Nutcracker (SNCK) , -también llamado cascanueces-, se define como una compresión de la vena renal izquierda a su paso entre la arteria aorta y la arteria mesentérica superior (pinza aorto-mesentérica) que dificulta el paso de la sangre y puede llegar a comprometer el drenaje del riñón izquierdo.

Fue el primer autor que lo describió quien comparó la compresión de la vena renal izquierda con una nuez entre las mandíbulas de un cascanueces. Al igual que sucede en el Síndrome de May Thurner, es frecuente que este síndrome compresivo se desarrolle en personas delgadas.

El SNCK puede producir dolor lumbar izquierdo, hematuria (presencia de sangre en orina) y un aumento de la presión venosa que termina por generar secundariamente varices en zonas inferiores. Por ello debemos distinguir entre lo que el SNCK supone a nivel de drenaje del riñón izquierdo y lo que el SNCK produce secundariamente en otras estructuras venosas (hipertensión venosa).

Síntomas

Los síndromes compresivos producen un aumento de la presión venosa que dificulta el drenaje de la sangre y termina por generar varices en zonas inferiores como son la pelvis y las piernas, especialmente en la izquierd. Es decir, que en algunos pacientes la presencia de varices pélvicas y/o en los MMII pueden ser secundarias a una compresión de la vena iliaca o de la vena renal izquierda. Pueden ser también causa de trombosis venosa y dar lugar a otros fenómenos clínicos como edema crónico, hiperpigmentación maleolar (oscurecimiento de la piel en la zona de los tobillos) y dolor lumbar.

Diagnóstico

El diagnóstico de la insuficiencia venosa infradiafragmática (pelvis y miembros inferiores) se establece, además de por los hallazgos clínicos, mediante la realización de estudios no invasivos. Se estudian varios parámetros en los diferentes sectores venosos de los cuales dependerá la terapéutica indicada en cada paciente. Se valora el grado de dilatación de las venas así como la existencia o no de reflujo venoso.

No se conocen efectos secundarios derivados del ultrasonido vascular. No emplea radiación ionizante por lo que se puede repetir cuantas veces sea necesario. Es un estudio cuyos resultados dependen 100% de la persona que lo efectúa. Por ello debe ser realizado por profesionales altamente cualificados en el diagnóstico vascular no invasivo y con un amplio conocimiento de la patología vascular.