El Síndrome de Congestión Pélvica ocasiona relaciones sexuales dolorosas en la mujer y varicocele testicular en el hombre.
¿Qué es el Síndrome de Congestión Pélvica?
La patología varicosa está muy extendida entre la población, especialmente en las mujeres, y está muy relacionada con la gestación. Un número elevado de pacientes con varices en las piernas presenta también varices en la pelvis; es el llamado Síndrome de Congestión Pélvica (SCP).
Con los embarazos y, debido al importante aumento de vascularización que acontece en la región útero-ovárica, se desarrollan varices alrededor del útero. Estas varices producen un aumento de presión y acaban generando otras en zonas inferiores, como son la región genital (vulva) y las piernas.
Las padece hasta un 20% de las mujeres que han tenido hijos y tiene un importante componente hereditario; su tratamiento es sencillo y carente prácticamente de complicaciones.
Aunque las varices de las piernas han sido muy estudiadas y tratadas por diferentes métodos existe un gran desconocimiento, incluso a nivel profesional, de las varices intrapélvicas que, en un gran número de casos, son el origen de las varices en los miembros inferiores.
¿Qué síntomas producen las varices pélvicas?
Los síntomas más importantes del SCP son: el dolor crónico en la pelvis, la pesadez en la región inferior del abdomen, especialmente en posición de pie, y dolor en las relaciones sexuales.
Con bastante frecuencia, estos síntomas pueden ir acompañados también de varices de vulva y de miembros inferiores.
¿Cómo se trata y se diagnostica el Sindrome de Congestión Pélvica?
En la actualidad, esta enfermedad puede ser diagnosticada y tratada a la vez. Para ello, contamos con un equipo médico multidisciplinar integrado por cirujanos vasculares y radiólogos vasculares intervencionistas con amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de esta patología.
En una primera exploración se realiza un Eco-Doppler Color, una técnica no invasiva que, en manos expertas, nos proporciona gran información sobre el alcance de la enfermedad. En ocasiones, es útil disponer de otras técnicas de imagen como el Angio-TAC y la Angio Resonancia Magnética.
El diagnóstico definitivo se efectúa mediante una flebografía pélvica que consiste en introducir un pequeño catéter (tubo) menor de 2 mm de calibre a través de una vena de la flexura del codo, navegando bajo control de rayos hasta la pelvis para canalizar las venas varicosas.
En este mismo acto, es posible realizar el procedimiento terapéutico, denominado embolización, que consiste en ocluir selectivamente las venas enfermas depositando en ellas sustancias esclerosantes y dispositivos llamados coils. Para tratar quirúrgicamente las varices en el interior del abdomen, se necesitaría una cirugía muy complicada e invasiva. Sin embargo, en nuestro grupo de trabajo, con la citada técnica, el tratamiento puede realizarse sin anestesia en una intervención de unos 20-30 minutos y con un mínimo ingreso hospitalario de 4 horas. Tras la embolización, las pacientes mejoran considerablemente sus síntomas de dolor pélvico, pesadez abdominal, miembros inferiores, así como una sensible mejoría en las relaciones sexuales dolorosas.
El seguimiento se hace mediante la práctica clínica y la realización de estudio eco-doppler color cada 6 meses. Si hay nuevos embarazos hay muchas posibilidades de que se vuelvan a reproducir.
El Hospital Ruber Internacional dispone de una sala de angiografía digital intervencionista de última generación donde se realizan multitud de procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
También en los hombres. El varicocele testicular
En los hombres existe una patología venosa muy similar que se conoce como varicocele testicular, que se caracteriza por la presencia de varices localizadas alrededor del testículo que producen dolor y alteración de los espermatozoides e incluso atrofia testicular.
Entre un 16-20% de los hombres tiene varicocele en uno de los testículos y es uno de los motivos más frecuentes de infertilidad.
El diagnóstico también se realiza mediante eco-doppler y el tratamiento es muy similar al de las varices pélvicas. Se utiliza un pequeño catéter introducido desde el brazo para ocluir la vena espermática causante de las varices.