Una de las maneras en las que se manifiesta la enfermedad arterial es con el desarrollo de aneurismas o dilataciones de las arterias. Éstas, con mayor incidencia, afectan a la arteria aorta abdominal.

Por norma general, los aneurismas no interrumpen el flujo sanguíneo. Salvo cuando evolucionan hacia una trombosis del vaso enfermo, por lo que es frecuente que sean asintomáticos, siendo su diagnóstico casual en muchas ocasiones.

La rotura de un aneurisma es una grave complicación que puede comprometer la vida del paciente.