Diagnóstico por imagen

Es una técnica radiológica que consiste en la opacificación del sistema venoso de una parte del cuerpo mediante la inyección de un medio de contraste intravenoso para obtener un mapa de las venas. Se realiza mediante punción en una vena del dorso del pie para que siga el flujo venoso y se toman radiografías de su paso a medida que progresa en el interior de las venas de los miembros inferiores. Es una técnica ambulante, al término de la prueba se recomienda beber abundantes líquidos (aprox. 2l.) en el transcurso del día para favorecer la eliminación del medio de contraste inyectado.

Esta prueba es de gran utilidad para el estudio de trombosis venosa profunda/síndromes postrombóticos, síndromes venosos compresivos entre otros.

La flebografía pélvica o iliocavografía es un procedimiento considerado como el “gold standard” en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad venosa pélvica (varices pélvicas). Permite obtener imágenes anatómicas mediante la opacificación del sistema venoso pélvico con medio de contraste, normalmente con abordaje por una vena del brazo. Permite realizar un mapa de las venas de la pelvis, consiguiendo visualizar los cuatro ejes venosos (gonadales e ilíacos), identificando la presencia de varices y puntos de fuga hacia genitales o a los miembros inferiores. Además, se realiza toma de presiones para valorar los síndromes compresivos.

La principal característica y ventaja de esta técnica diagnóstica es que permite llevar a cabo el tratamiento en la misma sesión. De esta forma, se minimizan en gran medida los costes y se prioriza el confort del paciente.

Este procedimiento requiere anestesia local y sedación, así como un ayuno previo de al menos 6h. También se necesita un sondaje vesical necesario para que la vejiga rellena y contrastada no impida visualizar las venas próximas. Se utiliza además, contraste yodado no iónico con dosis media de 100 cc y la manipulación bajo control fluoroscópico se realiza en salas de angiografía con sistema digital y con mesas preferiblemente basculantes. El paciente debe estar consciente y colaborador durante el procedimiento para que realice las maniobras de Valsalva, apnea e inspiración forzada necesarias durante el mismo y, por eso, es conveniente también un adiestramiento previo.

La maniobra de Valsalva es el equivalente a que el paciente esté de pie y nos permite valorar si hay o no avalvulación de las venas gonadales, así como los posibles reflujos o fugas a los miembros inferiores y región genital. La apnea resulta muy útil para evitar movimientos que repercutan en la calidad de las imágenes obtenidas de las venas renal e ilíaca izquierdas. Por último, la inspiración forzada nos facilita el acceso selectivo a la vena renal izquierda al provocar un descenso del diafragma y una verticalización de dicha vena.

En nuestra unidad llevamos a cabo un protocolo de trabajo normalizado. En primer lugar, exploramos las venas renal e ilíaca izquierdas para descartar la posible existencia de síndromes compresivos como Nutcracker o May-Thurner. Posteriormente, se canalizan y estudian ambas venas gonadales para valorar su morfología, avalvulación, presencia de varices e incluso posibles reflujos a través de la vena de ligamento redondo, fuga dependiente de este eje. Finalmente, se canalizan las venas ilíacas internas para estudiar su morfología, valvulación o reflujos por venas glúteas, pudendas y obturatrices.

En todos los pasos del protocolo, siempre se procede al tratamiento en el mismo momento (ver Cirugía Endovascular).

La arteriografía es una prueba diagnóstica considerada el “gold standard” para el estudio del sistema arterial en todas sus zonas anatómicas. Es muy útil en los casos en los que los estudios previos no son concluyentes (Eco-Doppler, Angio-TC, etc.), en el estudio de zonas de difícil valoración como pueden ser las arterias carótidas o los troncos distales así como en pacientes diabéticos o con la pared de las arterias calcificada y cuando se va a adoptar una actitud terapéutica endovascular.

Este procedimiento se realiza con una punción eco-guiada por la arteria femoral o humeral; en algunos casos, se empieza a utilizar también la arteria radial siguiendo la famosa técnica de Seldinger (aguja, guía, catéter). El protocolo de trabajo viene dado por el objetivo diagnóstico que se persigue, utilizando diferentes catéteres para canalizar diversas arterias en función de la zona que se quiera estudiar. En nuestro caso, es muy común el estudio de pacientes isquémicos o con claudicación intermitente, que se debe valorar desde la aorta abdominal hasta los troncos distales de las piernas. Esto nos proporciona un mapa anatómico que nos ayuda a elegir el tratamiento endovascular adecuado, que al igual que en la flebografía pélvica, puede realizarse en el mismo acto.

Es una técnica de imagen diagnóstica que consiste en obtener imágenes anatómicas mediante inyección de medio de contraste y rayos X. Este estudio nos ofrece un mapa anatómico de las venas o las arterias que nos permite valorar la morfología y la colateralidad de los vasos; también aporta información de todos los órganos de la cavidad a estudiar (tórax-abdomen-pelvis, entre otras)

Este estudio es de gran utilidad para el diagnóstico y seguimiento de aneurismas, estenosis arteriales, tromboembolismo pulmonar, etc permitiendo a su vez medir la evolución del tamaño de los mismos.